Estábamos recordando esta mañana que no había lugar ni para Cristo ni para sus padres en la posada de Belén, y también comentábamos que había entonces otros lugares en los que, aunque tampoco hubo lugar para Cristo, otras personas de categoría muy inferior a Él fueron bienvenidas y recibieron hospedaje.
Esta noche quiero convencerlos que, aunque hay todavía muchos pecadores que parecen no tener lugar para Cristo en sus corazones ni en sus vidas, sin embargo en el corazón y en el amor de Cristo hay mucho lugar para esos pecadores y yo les voy a hacer una invitación sincera, tierna y afectuosa para que vengan a Cristo pues "aún hay lugar".
Para ustedes que hasta ahora no han conocido la gracia de Dios; para ustedes que, todavía, nunca han disfrutado del banquete del Evangelio, para ustedes que han estado contentos con los exquisitos bocados sin sustancia de este mundo y nunca han probado lo que verdaderamente es sustancial y que satisface ahora y durante toda la eternidad, para ustedes, sí para ustedes, es el mensaje de nuestro texto, "aún hay lugar".
Descargar Libro